En abril de 2024, el pescador Elías Naal salió a pescar y regresó a casa solo con baldes llenos de petróleo. Durante seis años seguidos, manchas de crudo de diferente extensión ensuciaron las aguas del Golfo de México.

En el Golfo se han perforado más de 2000 pozos de extracción de hidrocarburos.

  • Pozos en aguas someras
  • Pozos en aguas profundas

Más de 80 mil pescadores artesanales dependen de los recursos marinos que les provee el Golfo de México.

A pesar de la frecuencia de estos derrames, las autoridades mexicanas han registrado menos de la mitad.

Para entender la magnitud de la impunidad en estos casos, un equipo de Mongabay Latam y Data Crítica se alió con un grupo de científicos del Colegio de la Frontera Sur (Ecosur) y el Instituto de Investigaciones Oceanológicas de la Universidad Autónoma de Baja California (UABC).

Los científicos analizaron más de 3000 fotografías satelitales tomadas entre 2018 y 2024 por los satélites del programa Copernicus de la Agencia Espacial Europea y de otras agencias como la NASA y NOAA de Estados Unidos.

Como resultado de la observación, detectaron presencia no natural de petróleo en 74 de los 79 meses analizados.

La evidencia mostrada por las imágenes satelitales da cuenta de un panorama alarmante cuando se compara con los registros oficiales de la ASEA. Mientras los investigadores detectaron manchas de petróleo en casi todos los meses a lo largo de seis años y medio, el gobierno solo registra derrames en 30 meses, equivalentes a dos años y medio.

Dicho de otra forma, no existen registros oficiales de derrames en 44 meses en los que científicos sí observaron la presencia no natural de petróleo en el Golfo de México.

“Esa brecha es lo suficientemente grande como para asegurar que son numerosos los derrames que no están siendo registrados oficialmente”

Abigail Uribe, especialista de la Universidad Autónoma de Baja California.