En 1990, los satélites lanzaron una alerta por una repentina pérdida de bosque en la Amazonía de Colombia. Se trataba de la apertura de los primeros caminos ilegales que con el tiempo le darían forma a la carretera Marginal de la Selva.

Mongabay Latam hizo un análisis histórico de esta polémica vía y detectó que, en los últimos 30 años, tres tramos críticos que suman 318 kilómetros fueron abiertos ilegalmente. Una distancia superior a la de Bogotá con Cali.

Estas tres vías que se desprenden de la Marginal de la selva han provocado ya la destrucción de 13 335 hectáreas de bosque en 23 años.
Es decir, un área tan grande que supera el espacio urbano de la ciudad de Medellín (11 000 ha).

Los daños causados por estos tramos incluyen el Patrimonio Natural Serranía de la Lindosa, un área con una alta concentración de arte rupestre. Dentro de este espacio protegido hay una vía ilegal que ya superó los 13 kilómetros.

Cuando se ve la fotografía completa, las imágenes satelitales revelan cómo la Marginal de la selva se comunica a su vez con una red de decenas de caminos que conduce a zonas de producción ganadera. De acuerdo con datos del Instituto Colombiano Agropecuario (ICA), a un kilómetro de tres de esas vías existen 50 992 cabezas de ganado.

A diferencia de otras vías, la deforestación no ocurre directamente sobre el eje principal, sino sobre las ramificaciones que se desprenden de él como una red vascular.